Definen que un inmueble anotado como bien de familia puede ir a remate por adeudar expensas
Quienes cuentan con propiedades inscriptas como bien de
familia podrían empezar a reconsiderar las garantías con las que cuentan estos
activos inmobiliarios. Al menos, generó cierto impacto una resolución judicial
conocida este martes.
El inmueble anotado como bien de familia puede ser llevado a
remate en caso de deudas por expensas comunes, resolvió la Cámara Nacional en
lo Civil, confirmaron fuentes judiciales.
La Sala B de la cámara coincidió con el juez de primera
instancia Eduardo Caruso quien, para llevar adelante una subasta por
obligaciones impagas, ordenó "desafectar" como bien de familia un
inmueble que ocupa tres pisos del edificio de la calle Suipacha 1.371/3/5 de
esta capital.
Según el expediente al que accedió Télam, en 2011 el
consorcio promovió la demanda contra la propietaria del inmueble y la Fundación
del Museo del Arte Construido por expensas adeudadas desde enero de 2009 hasta
julio de 2015 y logró sentencia a favor.
La demandada expuso que, en febrero de 2012, cuando adquirió
el inmueble, no le informaron que tuviera deudas en concepto de expensas
comunes y que luego constituyó esa propiedad como bien de familia.
Sin embargo, tanto el juez Caruso como los camaristas
Roberto Parrilli, Claudio Ramos Feijóo y Mauricio Mizrahi concluyeron que
"la obligación al pago de expensas en materia de propiedad horizontal se
contrae al momento de adherirse al reglamento de copropiedad y administración,
lo que ocurre al adquirirse la unidad".
El tribunal evaluó que "el régimen del bien de familia tiene fundamento constitucional y está dirigido a proteger el núcleo familiar".
Pero destacó que si bien la unidad afectada a ese régimen no
puede ser ejecutada o embargada por deudas posteriores a su inscripción como
tal, existen excepciones, como las "obligaciones provenientes de impuestos
o tasas que graven directamente el inmueble".
Los magistrados afirmaron además que el artículo 249 del
Código Civil y Comercial, vigente desde el 1 de agosto de 2015, prevé que el
inmueble anotado como bien de familia "no será susceptible de ejecución
por deudas posteriores a la inscripción dentro de ese régimen, excepto que se
trate de obligaciones por expensas comunes".
La normativa vigente entiende como familia a la integrada
por el propietario, su cónyuge, descendientes (incluyendo los adoptivos) y
ascendientes.
Una propiedad afectada a este régimen difícilmente sea
aceptada como garantía. Si una persona "afecta" su propiedad bajo el
régimen de bien de familia, y alguna vez desea vender su propiedad, previamente
deberá "desafectarla".
El trámite de desafectación lleva habitualmente siete días hábiles.